Tomas H. Marshall (1893-1981), fue un importante sociólogo inglés. Es conocido por haber desarrollado y aportado ideas fundamentales sobre la ciudadanía en el contexto contemporáneo. Se le ha destacado vivamente por una importante conferencia dictada en Cambridge (1949) titulada
Ciudadanía y clase social
Según Marshall, el concepto de ciudadanía moderna incluye tres factores complementarios e irreductibles entre sí. Dichos factores se introdujeron en la idea de ciudadanía siguiendo un ordenado camino histórico.
a) La ciudadanía y su factor civil: La ciudadanía en su perfil cívico se alcanzó en el S. XVIII en las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa. Consiste en el logro de libertades individuales respecto a los derechos fundamentales de una vida digna y un desarrollo integral. Estos derechos son libertad de pensamiento, de religión, de expresión,de igualdad ante la justicia, de propiedad y derechos contractuales.
b) La ciudadanía y su factor político: Este factor se alcanzó en el S. XIX con la institucionalización de las libertades democráticas, del ejercicio del poder a través de la participación política, el derecho a voto, la representación electoral. En fin, el derecho a elegir y ser elegido.
c) La ciudadanía y su factor social: Es el factor propio del S. XX, que estimula la necesidad de un acceso equitativo a los beneficios económicos y productivos. Es el derecho a participar del patrimonio social, bajo estándares de seguridad y acceso. Las instituciones más ligadas a este factor es la estructura educacional y los servicios sociales que provea el estado.
Estos tres factores son la condiciones exclusivas que permiten a una persona asignarle visibilidad social como ciudadano. Ser ciudadano es esencia primaria en la convivencia social, incluso anterior a la condición socioeconómica que separa a las personas en clases sociales. Dichas clases sociales son inevitables en toda organización social. Sin embargo, hay algo que no se puede soslayar en la base de la sociedad como condición a priori a la clase social a la que se pertenezca: la igualdad humana en base a "la ciudadanía". En otras palabras, la ciudadanía es la que asegura una igualdad básica y fundamental. Es el piso que sostiene la posibilidad de progreso humano y de movilidad social.
Quisiera en este punto llamar la atención en el carácter irreductible que tienen estos tres factores en la conceptualización de la ciudadanía. Que sean irreductibles, significa que para que la ciudadanía se de en plenitud no puede faltar algunas de sus condiciones. Lo que significa que no podemos decir que alguien es ciudadano si se carece de alguno de los derechos que expresa cada factor. Y cuando estamos ante un proceso social que cala hondo en nuestro país, no queda menos que reflexionar de qué modo, muchos procesos políticos, educativos, económicos, están desconociendo la ciudadanía de la mayoría de los chilenos. Así que queda mucho para andar para que este país sea equitativo en el acceso a los beneficios del tan mentado progreso.